Los responsables de obra que valoran el silencio en el desarrollo de la misma eligen el cemento demoledor. Por ejemplo, la demolición con Cras, de Kayati, al contrario de las realizadas con maquinaria pesada, o con explosivos, es silenciosa y permite mantener el ambiente de tranquilidad necesario en determinados entornos donde se desarrollan actividades que requieren de reposo.
Tras la aplicación del mortero, éste trabaja desarrollando la presión expansiva generada por la reacción de hidratación en el mineral que constituye el cemento demoledor y el proyecto sigue las fases de las demoliciones llevadas a cabo con cemento expansivo.
La primera etapa, fundamental, es la perforación. Se pueden realizar diámetros de 64 mm, por ejemplo, formando una malla de 50 x 50, alcanzando profundidades de hasta 2,4 m. Estas dimensiones son calculadas siguiendo las indicaciones del producto y con el apoyo del servicio técnico de la firma alavesa fabricante del Cras.
Tras perforar, se aplica el mortero preparado con el cemento, y se espera hasta que éste realice su trabajo, reduciendo a escombros la zona rocosa que se quiere eliminar mediante demolición. Todo ello de manera silenciosa, sin alterar las condiciones ambientales ni sónicas del entorno, y permitiendo el trabajo intelectual en la zona de la obra.