La realidad es que continúan cerrando empresas, la mayoría están en pérdidas, y la demanda no crece. La competencia es feroz y los márgenes caen en picado.
“Con un mercado nacional imposible, la única solución parece estar en la exportación”, opina Pedro Martínez, Presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Puertas de Madera.
En el empleo también aparece reflejada esta grave situación de un mercado que fue boyante y puntero entre las diferentes industrias de la madera. El municipio de Villacañas (Toledo), ha pasado de tener 6.500 trabajadores en sus fábricas de puertas a registrar menos de 800 en la actualidad.
“El año 2013 no empezó mal –apunta Tomás Rubio Fernández, Presidente de la Federación Española de Industrias de la Madera (FEIM) y de la Asociación Nacional de Fabricantes de Carpintería Industrializada de Madera (ASCIMA)–. Pero se ha ido deteriorando, y sólo cabe intentar sobrevivir. Las crecientes cuotas de exportación de algunos fabricantes apenas cubren la caída que hay aquí. Sin financiación y con un enorme excedente de viviendas sin vender, la situación es catastrófica para nuestro sector”.
A nivel general, tal vez lo peor ya se ha visto, coinciden los representantes del segmento de la puerta. Pero la desmesura hará que el mercado inmobiliario tarde todavía mucho tiempo en remontar.