La industria cerámica busca soluciones para evitar los daños medioambientales que conlleva la fabricación de baldosas. El proyecto “Lifeceram–Residuo Cero” es el trabajo propuesto por el Instituto de Tecnología Cerámica, ITC, que acaba de iniciar los primeros pasos para evitar la generación de residuos en las distintas etapas del proceso.
Para lograrlo, los investigadores desarrollarán un nuevo tipo gres porcelánico para su uso en exteriores, por ejemplo, en pavimentos urbanos, que incorpore en el soporte y en el esmalte un alto contenido de residuos. Además, desde el ITC informan de que también deberán diseñar un proceso de preparación de este soporte, basado en las tecnologías de molienda en seco y granulación, y capaz de reciclar todo tipo de residuos cerámicos.
También se contempla el desarrollo del producto teniendo en cuenta su Análisis de Ciclo de Vida (ACV), y la cantidad y clase de residuos generados en España en la fabricación de baldosas cerámicas y empresas relacionadas (empresas de atomización, fritas y esmaltes, pulido y rectificado de las piezas, etc.)
El proyecto está co-financiado por la Comisión Europea dentro del Programa de Política y Gobernanza Medioambientales y cuenta con la participación de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos, Ascer, la fabricante de fritas y esmaltes Vernis; la empresa de maquinaria Chumillas y Tarongi, y Keros Cerámica, fabricante de baldosas.
Más de tres millones de toneladas en residuos
El ITC advierte que son más de 3 millones de toneladas por año las producidas en la UE en el proceso de fabricación de baldosas. Parte de estos se recicla, pero existe un cierto porcentaje que no puede ser reciclado debido al cambio en el comportamiento y propiedades finales de baldosas cerámicas. Estos se destinan a vertederos o se utilizan como “fillers” o cargas en productos de bajo valor añadido.