De cara al futuro, se prevé que el crecimiento económico se vaya acentuando gradualmente a lo largo del período de previsión, hasta el 1,4 % en la UE y el 1,1 % en la zona del euro en 2014, y el 1,9 % y el 1,7 %, respectivamente, en 2015.
Las reformas estructurales y las medidas de saneamiento fiscal de los últimos años harán que continúe el ajuste, mejorando las condiciones para que la demanda interna que “se convertirá progresivamente en el principal motor del crecimiento en Europa”.
“Existen crecientes indicios de que la economía europea ha llegado a un punto de inflexión. Sin embargo, todavía es demasiado pronto para cantar victoria: el desempleo se mantiene en niveles inaceptablemente altos”, sostiene el vicepresidente de la Comisión encargado de los Asuntos Económicos y Monetarios y del Euro, Olli Rehn.
Dado el desfase habitual, de medio año o más, existente entre la evolución del mercado de trabajo y la evolución del PIB, se espera que la recuperación de la actividad económica solo se traduzca gradualmente en creación de empleo. Sin embargo, en los últimos meses las condiciones del mercado de trabajo han empezado a estabilizarse y se prevé una moderada reducción del desempleo, hacia el 10,7 % en la UE y el 11,8 % en la zona del euro en 2015, si bien las diferencias entre países se mantendrán muy amplias.
Se espera que en el periodo de previsión, tanto en la UE como en la zona del euro la inflación medida por el índice de precios de consumo se mantenga moderada, con tasas próximas al 1,5%.