Los conductores profesionales consideran la conservación de las carreteras como la gran asignatura pendiente de la gestión viaria en España.
Así se pone de manifiesto en un sondeo que la Asociación en España de la Carretera (AEC) acaba de realizar entre conductores de autobuses, autocares y camiones, quienes suspenden el estado en que se encuentran actualmente nuestras infraestructuras viarias, al que puntúan con una nota de 4,5 sobre 10.
El estudio se ha desarrollado en los meses de septiembre y octubre de 2013, con la colaboración de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros (Asintra), la Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús (Fenebus) y la Fundación Francisco Corell. En él han participado profesionales que recorren entre 60.000 y 100.000 kilómetros al año al volante de vehículos de gran tonelaje.
A juicio de los encuestados, las peores carreteras de España son la N-340, la más larga de las carreteras nacionales, que une Cádiz con Barcelona atravesando la costa del Mediterráneo, con una longitud de 1.248 kilómetros. Y la A3 o Autovía del Este, una de las seis autovías radiales, unión natural de Madrid con Valencia.
En el polo opuesto, la AP7 (Autopista del Mediterráneo) y la A6 (Autovía del Noroeste) son los dos corredores españoles mejor valorados, tanto desde la perspectiva de su estado de conservación, como desde la óptica de sus niveles de seguridad.
Conservación, seguridad, mantenimiento del vehículo y consumos
Un 65% de los conductores de autocares y camiones afirma haber tenido alguna vez un problema de seguridad vial provocado por el mal estado de la carretera. Además, el 88% sostiene que una vía deteriorada influye significativamente en la aparición de fatiga.
A ello se suma el incremento en los costes de mantenimiento y reparación de los vehículos. Para el 86% de los participantes en el sondeo, una mala conservación viaria influye ´bastante´ en el aumento de dichos costes.
En un porcentaje similar se sitúan quienes consideran que esta situación incrementa ´bastante´ los consumos de combustible.
La percepción negativa de los conductores profesionales respecto de la actual situación de las carreteras españolas se extiende también a la dotación de infraestructuras de transporte. Así, puntúan con un 4,8 a las estaciones de autobuses y con un 4,6 a las áreas de descanso.
Todavía peor parados salen los carriles-bus (un 3,9 de nota media) y los aparcamientos disuasorios (un 3,5).