El Clúster Habic, que agrupa a empresas del sector vasco de la Madera, ha liderado un proyecto que demuestra científicamente el menor impacto del uso de madera local. Para ello, han calculado la huella de carbono en el sector forestal. El estudio, en el que han participado tres aserraderos representativos, concluye que los aserraderos vascos consumen entre 35 y 45 kg de CO2/m3 menos que la media europea, situada entre los 50 y 100 kg de CO2/m3.
Si se compara con otros materiales, la madera no tiene rival en cuanto a respeto al medio ambiente. La fabricación de un m3 de hormigón tiene una huella de carbono de entre 200 y 300 kg de CO2, Y el acero estructural deja una huella aún mayor, aproximadamente 12.000 kg de CO2 si es 100% virgen, o de 3.500 kg de CO2 si es totalmente reciclado.
Se trata de medir todos los gases de efecto invernadero desde la obtención de la materia prima, pasando por su fabricación, el transporte, uso y gestión de los residuos a su fin de vida útil.
El uso de madera procedente de bosques del entorno también tiene unas enormes ventajas. El transporte supone un handicap importante en ese terreno. De hecho, llevar la madera hasta el aserradero supone un impacto de entre el 15% y el 30% en las emisiones de gases de efecto invernadero en el caso del uso de madera local. En cambio, este impacto del transporte puede suponer hasta el 95% en el caso de uso de madera no local, como por ejemplo si se trae desde Alemania. Se calcula que por cada 1.000 kilómetros de distancia adicional a la hora de seleccionar el origen de la madera, la huella de carbono se multiplica aproximadamente por 10.