En 2013 entró en vigor la ley que obliga a disponer de un Certificado de Eficiencia Energética tanto en viviendas de propiedad como de alquiler. Sin embargo, no ha sido hasta ahora que el Gobierno ha empezado a sancionar a los propietarios que no disponen de dicho certificado. Tras terminar el pasado 23 de febrero el plazo dado por el Gobierno para tramitar el certificado, el portal online Plan Reforma asegura haber recibido un auge de peticiones para conocer el presupuesto de tramitación del Certificado de Eficiencia Energética.
“Tras hacerse públicos varios expedientes que se sancionarán en Madrid, la comunidad con mayor actividad inmobiliaria, las solicitudes recibidas en nuestro portal para conocer el presupuesto de obtención del Certificado de Eficiencia Energética se han disparado un 200%”, explica Laura Núñez, arquitecta y CEO de Plan Reforma.
“Lamentablemente, no se acaba de entender el beneficio o ahorro a largo plazo de tener una vivienda con una mejor puntuación del certificado ni el aumento de valor de una vivienda cuando es eficiente energéticamente -asegura Núñez-, pero del mismo modo que hasta ahora teníamos la opción de reformar un piso antes de venderlo para aumentar su valor, hoy en día es necesario aprovechar esta reforma para poder ser más eficiente. Esto se traduce en que las facturas de gas y luz son más bajas que otras con una puntuación peor, por lo que el valor del inmueble aumenta”.
Ahorro en las facturas
Existen infinidad de formas para reducir las altas de facturas de la luz y el gas en el hogar a través de una buena certificación energética. “Imaginemos que el propietario de una vivienda hace una inversión de 2.000 euros para cambiar las ventanas, y que con eso, un arquitecto gestor energético le calcula que puede ahorrar un 10% de la factura de calefacción. Esto serían 70 euros cada tres meses, 280€ al año. Si además le ajusta la tarifa a la más adecuada para su caso, puede ahorrarle unos 100€ al año”, explica la arquitecta Laura Núñez.
“Al final, el ahorro anual representaría unos 360€, así que en unos 5 años habría amortizado la inversión, mejorado su confort en casa y aprovechado para dar un cambio de aire a sus ventanas”, concluye Núñez.
Qué influye en el certificado
Únicamente un arquitecto o ingeniero es quien puede, visitando previamente las instalaciones, evaluar la eficiencia energética de una vivienda. “El precio estimado para un piso de 90 metros asciende a los 100€, de hecho, si alguien le pide menos, ya tiene una pista para no fiarse”, explica Núñez.
“Finalmente, cuando le asignen una letra calificativa después de la valoración del trámite de la eficiencia energética, y esta se sitúe entre las más bajas, el propietario debe recordar que un buen certificado deber incluir un programa de mejoras”, añade la arquitecta.