Paralelamente al informe de Ecologistas en Acción que revela que un tercio de los españoles respira un aire inadecuado, la Organización Mundial de la Salud revela que siete millones de muertes en el mundo están asociadas a enfermedades provocadas por el aire contaminado.
Una persona respira una media de 22.000 veces al día, haciendo pasar por los pulmones unos 12.000 litros de aire, sin tener en la mayoría de las ocasiones la capacidad de decidir el aire que respirado, básicamente por la necesidad vital que ello supone. Ante esta situación, se hacen cada vez más necesarias soluciones que contribuyan a reducir estos índices de contaminación ambiental. En este sentido, se ha investigado mucho en los últimos años hasta dar con una técnica que reduce esta contaminación gracias al uso de pavimentos descontaminantes que pueden ser utilizados en interiores y exteriores.
Estamos expuestos a unos niveles muy elevados de contaminación ambiental, no sólo en el exterior sino también en el interior de los edificios, donde estamos rodeados de elementos contaminantes que proceden de los materiales que recubren algunos muebles y suelos. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada ocho personas muere por enfermedades asociadas a la contaminación, la mayoría por afecciones cardiovasculares, afecciones respiratorias y cáncer de pulmón.
Estas técnicas tienen la capacidad de degradar los contaminantes típicamente urbanos, fundamentalmente aquellos que provienen de los vehículos de motor o de las calefacciones de las viviendas; y reducen, a su vez, la formación indirecta de otros contaminantes muy perjudiciales para la salud. Están basadas en un proceso muy similar a la fotosíntesis de las plantas, convirtiendo los gases nocivos en compuestos inocuos para la salud humana y el medio ambiente a través de un proceso natural libre de agentes químicos, utilizando principalmente la energía del sol como fuente de activación.
Existen tres razones fundamentales por las que la utilización de pavimentos de hormigón descontaminantes son hoy en día la mejor solución para minimizar los problemas derivados de la contaminación ambiental: por un lado, el hormigón es por su naturaleza el mejor soporte para que esta reacción natural se produzca; por otro, el suelo consigue la mayor perpendicularidad de los rayos del sol y por tanto alcanza la mayor eficiencia; y por último, es determinante que la mayor parte de las actuales fuentes de contaminación se encuentre a tan solo 30 cm del suelo (tubos de escape de los vehículos).
Esta solución, que se puede conseguir a un precio realmente económico, permite eliminar por término medio en torno al 60% de los elementos contaminantes, con la garantía de los diferentes sistemas de ensayo que actualmente existen. No menos importante es el hecho de que se pueda garantizar la actividad descontaminante durante más de 25 años, a pesar de los habituales procesos de abrasión, con una simple limpieza periódica. Además de todo esto, se puede cumplir a la perfección con las funciones arquitectónicas y estéticas que se le puede exigir a cualquier pavimento.
Por todo esto, evidentemente, es muy necesario que se controle toda esta contaminación y que se minimice el riesgo para la salud. Está demostrado que la contaminación del aire, además de suponer un importante coste si hablamos de gasto en salud pública, afecta negativamente a la productividad laboral, pudiendo suponer para el Estado un elevado desembolso, ya que la multa podría ser millonaria si no se consiguen reducir los niveles que marca la Unión Europea.
Actualmente, existen ciertas empresas que se dedican a realizar auditorías en calidad de aire tanto exterior como interior y proponen soluciones eficaces para reducir la contaminación. Es muy importante ser conscientes de estos altos niveles de contaminación que hay en nuestro país, y aplicar soluciones reales y eficaces en consecuencia.