En 2014 se iniciaron cerca de 35.000 viviendas, cifra similar a la del ejercicio 2013, mientras que se finalizaron más de las 46.800, un 27,8% menos que el año anterior (64.800). En consecuencia, según los datos del Ministerio de Fomento, el número de viviendas iniciadas sigue lejos de las 44.000 de 2012 y más aún de las 78.000 de 2011. Por su parte, la perspectiva temporal de las viviendas finalizadas muestra un panorama más gris, muy lejos de las 115.000 de 2012 y de las 167.000 de 2011.
En 2014 se rehabilitaron o se reformaron casi 24.400 viviendas (ligeramente menos que en 2013) y 28.000 edificios (un poco más que el año anterior). Es cierto que en la actividad rehabilitadora los datos apuntan hacia una cierta estabilidad, pero con unas cifras muy exiguas, lejos de los 40.000 visados para la rehabilitación de edificios que en plena crisis había en 2010 (-32%) y 32.600 viviendas (-31%).
La comparación de estos datos con el contexto sectorial permite hablar de un comportamiento más que aceptable de las lanas minerales aislantes, que no se sustenta en un mejor comportamiento del mercado de la vivienda, ya que como se aprecia en los párrafos anteriores la rehabilitación de edificios y viviendas no compensa el estancamiento de las viviendas iniciadas ni mucho menos el retroceso de las finalizadas, poniendo de manifiesto una vez más la ausencia de planes de estímulo a la rehabilitación.
Es precisamente esta ausencia de planes de estímulo, el moderado crecimiento experimentado, y el comportamiento del subsector de la vivienda el que obliga a ser prudentes sobre las expectativas y tendencias futuras.
Por otra parte, los datos de facturación se elevaron a casi 96 millones de euros, siendo la primera vez desde 2010 que la facturación experimenta un crecimiento respecto al año anterior.
Según Afelma, esta mejora de la tendencia respecto al ejercicio anterior y a los datos del sector viene propiciada por la polivalencia de las lanas minerales, su calidad garantizada y homogénea y la demanda del sector industrial y terciario. Los profesionales aportan valor añadido a los usuarios y obtienen su confianza porque con lanas minerales ofrecen en un solo producto aislamiento térmico, acústico y protección frente al fuego.
Por último, Afelma vuelva a solicitar, igual que otros agentes sociales, un plan nacional y urgente de rehabilitación térmica y acústica de edificios para posibilitar la reactivación del sector de la construcción. Este plan deberá contener formas de financiación a bajo interés y deducciones fiscales, aunando esfuerzos públicos y privados y ser coordinado por el Gobierno. Según Afelma es necesario habilitar ayudas anuales a través de diversas fórmulas que posibiliten afrontar la rehabilitación eficiente equivalente a 350.000 viviendas al año, con lo que se ahorrarían a lo largo de la vida útil de las mismas, 36 millones de TEP y 130 millones de toneladas de CO2 con el consiguiente ahorro de la factura energética nacional y de los ciudadanos.