El recubrimiento desarrollado durante el proyecto es totalmente seguro para la salud humana, puesto que se ha comprobado que no libera olores y está exento de sustancias activas que puedan ser tóxicas para las personas.
Además, se trata de un producto de alta duración, pues la pintura no presenta pérdidas significantes de la sustancia activa frente a las operaciones de lavado habitual. La actividad repelente se ha probado que puede llegar a superar los dos años de duración, aunque esto podría variar en función de las condiciones de uso, que deberá analizarse en cada aplicación final.
Por sus propiedades, una de las posibles aplicaciones prácticas del producto es su aplicación en arquitectura y en mobiliario de jardín, por lo que ha sido desarrollado en calidad exterior y color blanco brillo, aunque el producto no presenta limitaciones en cuanto a su formulación en otras calidades, colores o acabados. En la actualidad existe un amplio número de sustancias repelentes efectivas contra insectos como los mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria, la encefalitis, la fiebre amarilla o el dengue.
A pesar de su utilidad, una de sus mayores limitaciones es que son sustancias inestables a la temperatura. Esta característica dificulta su empleo en muchos sectores, como en el de las pinturas en polvo, dado que se degradan o volatilizan fácilmente durante los procesos de fabricación y aplicación.
Adapta Color desarrolla el proyecto de investigación Repelpin con la colaboración financiera del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en el que Aimplas ha participado desarrollando una tecnología que preserva la actividad de los insecticidas durante los procesos de producción y aplicación.