La compañía padronesa Cortizo ha invertido 18 millones de euros en la puesta en marcha de esta factoría en la que se emplearán a 80 personas. El nuevo centro productivo se une a los ya existentes en Padrón (A Coruña), Mieres (Asturias), Manzanares (Ciudad Real), Granadilla de Abona (Tenerife), Polonia y Eslovaquia.
Proximidad al cliente en una ubicación estratégica
Francia es uno de los principales mercados de Cortizo, país al que exportó el pasado año el 22,4% de su producción. Allí cuenta ahora con unas modernas instalaciones ubicadas estratégicamente en la comuna de Chemillé, a escasos 40 kilómetros de la localidad de Angers, y conectadas directamente por autopista con las ciudades de Nantes, Orleans y Paris, el noroeste francés y las conexiones terrestres y marítimas hacia Gran Bretaña. De este modo, la multinacional gallega continúa acercándose a sus clientes y mejorando el servicio y los tiempos de entrega, algo de vital importancia en el sector. "Vamos a producir en Francia con la calidad global de todo nuestro grupo, pero con tiempos de entrega locales. Tecnología de última generación, minimización de tiempos de entrega y reducción de costes logísticos. Esas son las claves de nuestra nueva fábrica en el país galo", ha asegurado el director de producción de la compañía, Jesús Salgado.
La nueva planta de Cortizo cuenta con una prensa de extrusión de 2.500 toneladas de potencia, totalmente automatizada, capaz de producir hasta 12.000 toneladas al año de perfiles de aluminio a partir de tocho de 203 milímetros de diámetro. En el inicio del proceso productivo, la materia prima se calienta en un horno de alto rendimiento que, gracias a su sistema innovador de recuperación de energía, es capaz de generar la potencia calorífica necesaria emitiendo menos CO2. La línea de extrusión se completa con un túnel de enfriamiento con aire o agua de gran capacidad, un doble puller, dos sierras (una de ellas con soplado automático de perfiles), una mesa de estirado automática de 50 metros de longitud, un apilador automático de perfiles y un sistema de gestión de residuos que permite desechar y compactar los despuntes procedentes de la extrusión.
Además, este centro productivo dispone de una planta de lacado vertical dotada de la tecnología más avanzada, con capacidad para el tratamiento superficial de 1.000 toneladas mensuales de perfiles de aluminio. Entre sus características principales cabe destacar:
• Un túnel de pretratamiento químico de 3 etapas (ácido-alcalino-ácido y conversión) destinado a preparar los perfiles para un óptimo recubrimiento. De este modo, se asegura la calidad del lacado, avalado por la certificación francesa Qualimarine.
• Una cabina ´tipo V´ que permite una gran rapidez en el cambio de color y una optimización del proceso de lacado.
• Un horno de polimerizado con cámara de entrada de puertas rotativas que facilita el ahorro energético al impedir el contacto entre el aire del interior y el exterior del horno.
La nueva fábrica de Cortizo en Francia se completa con un sistema de embalaje para plastificar y/o retractilar el perfil conectado directamente con la descarga del lacado, una línea de ensamblaje de puente térmico de última generación, áreas de almacenamiento y espacios de uso administrativo. En estas instalaciones, totalmente integradas con el paisaje de la región y respetuosas con el medioambiente, se han incluido una balsa de retención para regular el vertido de aguas pluviales y 10.000 m² de zonas ajardinadas.
Cortizo Recycling también en Francia
Paralelamente a esta apertura, la multinacional gallega también ha puesto en marcha en Chemillé una planta de más 1250 m² destinada al tratamiento y gestión de residuos de aluminio. Esta nave, ubicada en una parcela próxima al nuevo centro productivo, está integrada en la red Cortizo Recycling, una división de la compañía destinada a la conversión de los sobrantes de aluminio en materia prima para la fabricación de perfiles.
Para llevar a cabo el proceso de reciclaje, cuenta con este centro de tratamiento y gestión de residuos de Chemillé y con otros cuatro similares ubicados en Zaragoza, Manzanares (Ciudad Real), Granadilla de Abona (Canarias) y Rio Maior (Portugal). Además, la multinacional gallega tiene más de 2.400 puntos de recogida de sobrantes de aluminio procedentes de sus clientes y delegaciones de España y del resto de Europa. Todos esos despuntes son transportados hasta las plantas de Padrón y Mieres por una flota propia de 11 camiones destinada exclusivamente a este fin. Allí, mediante su fundición, se reincorporan de nuevo al proceso productivo. De este modo se cierra el ciclo del aluminio, un material 100 % reciclable que permite refundir sus desechos de forma ilimitada sin merma alguna de la calidad, ahorrando un 95 % de energía respecto a la producción de aluminio primario.
El reciclaje de aluminio se enmarca dentro del Plan Estratégico Cortizo Ecoefficient, integrado por una serie de acciones encaminadas a maximizar la eficiencia medioambiental y el crecimiento sostenible, lo cual supone un compromiso transversal a todas las actividades y productos de la compañía.