El equipo ‘A+’
La garantía de que se está eligiendo el material adecuado la proporciona la etiqueta ‘A+’ que, al estilo de la certificación energética de los edificios o los electrodomésticos, asegura su máxima eficiencia, dando por hecho que no emite compuestos químicos al aire que pueden dañar tanto la propia salud como el medio ambiente.
Esta clasificación viene de la medición de la calidad del aire en el interior de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) según la normativa francesa que se utiliza como referencia al no existir legislación en España va de la C, que además se identifica con el color rojo asociándose con la peor nota, pasando por la B (naranja) y la A (verde claro), hasta llegar a la A+, la excelencia.
Son la principal fuente de emisión de productos químicos al aire y pueden llegar a ser altamente nocivos si su uso en espacios interiores no está suficientemente medido.Al ser compuestos volátiles, se evaporan rápidamente en contacto con la atmósfera, pudiendo dar lugar tanto a contaminación atmosférica como a importantes riesgos para la salud por inhalación.
De esta forma, sus componentes tóxicos pueden provocar reacciones alérgicas o mareos a corto plazo, mientras que a largo pueden derivar en lesiones neurológicas e incluso cambios de humor, irritabilidad, falta de memoria o dificultad de concentración.
En este sentido, es recomendable fijarse más en el abecedario que en el precio a la hora de adquirir materiales para librarse de los ruidos, ya que la etiqueta del equipo ‘A+’ es un indicativo de mayor efectividad y, sobre todo, de menos riesgo.