Esta mejora en el clima económico no ha pasado desapercibida para el sector construcción, que encara el 2017 con la expectativa de crecer un 2,9%. Tras haber registrado un 2,5% en 2016, es posible que a primera vista la previsión no parezca demasiado prometedora, pero tras las cifras se percibe como el sector va ganando solidez.
Mientras que 2016 fue un año de dificultades para el segmento de la ingeniería civil y arrastró a la zona negativa a un total de 5 países (Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia y Portugal), en la previsión 2017 la ingeniería civil se reincorpora al crecimiento, y por países tan solo Chequia queda estancada.
Las expectativas continúan siendo positivas en la previsión más a medio plazo, pero se espera una progresiva desaceleración en 2018 (2,5%) y 2019 (2%), fruto de que la edificación de nueva planta será incapaz de prolongar más tiempo los sustanciales ritmos de avance de 2016-2017 y de que la mejora en ingeniería civil será insuficiente para compensarlo.
En la edificación residencial sigue habiendo un panorama muy contrastado, con países que continúan en zona de mínimos y otros que alcanzan o superan los máximos de las últimas dos décadas. Las excepciones positivas han ido aumentando y han conseguido propulsar la producción europea un 8,8% durante 2016, y se espera que lo hagan un 6,8% en 2017.
Por tanto, "si aislamos los casos conflictivos y nos concentramos en el resto, no es exagerado volver a calificar la situación de la vivienda de nueva planta como excepcional. Si descontamos la contribución de España e Italia al total europeo, en el año 2007 se superaron los 1,6 millones de viviendas acabadas; una cifra que volverá a alcanzarse en el 2017 y que podría aumentar hasta los 1,75 millones en el 2019" aseguran. El crecimiento en términos de producción perderá intensidad en 2018 (3,7%) y 2019 (2,4%) debido a la desaceleración que se espera en Alemania y algunos otros países, principalmente nórdicos.