Los ‘family office’ y las Socimi han liderado el mercado. De hecho, estos grupos familiares ven en el inmobiliario de la capital catalana, un sector donde refugiarse y obtener un buen retorno, con la banca prácticamente dando ninguna rentabilidad a los depósitos. En este contexto han apostado por piezas céntricas, con un perfil de inversión conservador y buscando yields del 5%. Las operaciones se han realizado, en su mayoría, con recursos propios, sin necesidad de financiación bancaria.
Según explican desde la consultora, las compras en activos comerciales son los que se han colocado como destino número uno de la inversión inmobiliaria, y le siguen las inversiones en residencial. Y es que actualmente del total invertido durante este año, un 45% corresponde a inversiones en locales, un 30% a residencial y un 25% pertenece a inversiones en oficinas.
La rentabilidad media en el sector residencial no ha superado el 4%, mientras que en retail y oficinas se ha situado de media en un 5%. La zona de mayor inversión continúa siendo Eixample, no obstante nuevas áreas de negocio como el Paralelo han sido también objetivo de importantes inversiones.
En Cat Real Estate los inversores extranjeros han aumentado y suponen el 20 % de su cartera, mientras que el 80% restante procede de capital nacional.
La previsión para este 2017 es la falta de producto de calidad donde invertir y la gran liquidez que existe actualmente en el mercado, dispuesta a realizar inversiones inmobiliarias. En la actualidad, Cat Real Estate tiene mandato para poder invertir 120 millones € durante el 2017, tanto en la ciudad de Barcelona como en Madrid. La consultora supera ya los 500 millones de euros gestionados en Barcelona. De igual forma, para este 2017 tiene mandato de comprar activos por valor de 120 millones de euros, principalmente en Barcelona y Madrid.