Cortizo ha adquirido una nave contigua a la ya existente en el Polígono de Malpica, lo que le ha permitido duplicar la superficie de su delegación aragonesa, hasta alcanzar los 3.300 m². En ella, pone a disposición de los clientes un stock de 150 toneladas de perfiles de aluminio (crudo, lacado y anodizado), más de 24.000 barras de PVC, juntas de estanqueidad y accesorios. Además, incluye un área de exposición de 212 m² en la que se muestra una selección de los más de 50 sistemas de ventanas, puertas, fachadas, panel composite, barandilla y protección solar diseñados por el área de I+D+i de la compañía.
“Contar con un almacén y un showroom más amplios, nos permitirá responder de forma más eficaz a las demandas de nuestros clientes en Aragón. Desde que abrimos esta delegación en 1990 la compañía no ha dejado de crecer, pero la apuesta por la calidad, la inmediatez y la proximidad a nuestros clientes, siguen siendo nuestras señas de identidad”, asegura el delegado comercial de Cortizo en Zaragoza, Jesús Capapey.
En este centro de distribución y logística también se ubica un departamento de arquitectura e ingeniería desde el que se presta asistencia técnica a los arquitectos en sus proyectos. Asimismo, dispone de un espacio de 1.000 m² destinado al tratamiento y gestión de residuos de aluminio integrado en la red Cortizo Recycling, una división de la compañía dedicada a la conversión de los sobrantes de este material en tocho para la fabricación de perfiles.
Los sistemas de aluminio y PVC para la arquitectura de Cortizo están presentes en numerosas obras nacionales e internacionales. En Aragón, han sido instalados en proyectos como el nuevo Palacio de la Justicia de Huesca, el restaurante River Hall y el edificio de viviendas Residencial San Lázaro en Zaragoza o la facultad de Bellas Artes de Teruel.