Según esa estimación de Roblan, una familia que viva en un piso de dos dormitorios y con una potencia instalada de 1650 W “pasaría de pagar cerca de 340 € anuales a menos de 35 €, a lo que habría que sumar la inversión de nuevas bombillas” –33 necesarias para toda la vivienda–, cifrada en 131,34 € y que, según la compañía toledana, “quedaría amortizada en cuatro meses”.
“Nuestra experiencia nos dice que el paso a la iluminación no debe verse como un gasto, sino como una inversión”, declaró Arturo Pereira, director de la compañía. “Es la forma más inteligente de hacer frente a la subida del gobierno”, concluyó.
La empresa española también advierte sobre otras ventajas de la instalación de la tecnología led en la iluminación del hogar: una muy superior vida útil de las bombillas, de hasta 40.000 horas –frente a las cerca de 2.000 horas de una bombilla halógena convencional–, la mayor calidad de la luz y la reducción de necesidades de mantenimiento.