Estos sistemas, cuyos trabajos no perturban a los propietarios de las viviendas ya que al colocarse el sistema por el exterior no es necesario que los operarios accedan al interior de las viviendas, estabilizan la temperatura interior de la vivienda y evitan las variaciones térmicas.
Entre el resto de sus ventajas se encuentra que los sistemas Sate evitan las oscilaciones térmicas en el conjunto de los cerramientos y de la estructura del edificio, por lo que ayuda a mejorar su comportamiento y evita las patologías relacionadas con las dilataciones y contracciones que en ellos se producen como las fisuras y grietas. Tampoco reduce la superficie habitable de las viviendas.
Tal y como afirma Anfapa, el 60% de los 26 millones de viviendas existentes en España se construyeron “sin ninguna norma de eficiencia energética y presentan grandes deficiencias de aislamiento, lo que supone no cumplir con los requisitos necesarios de habitabilidad y confort térmico”. Asimismo y según una encuesta del CIS de 2012, el 38% de los españoles no está satisfecho con el aislamiento de sus viviendas contra el calor y el frío.