El arquitecto responsable de la obra, Germán Velázquez, de VArquitectos, asegura que para obtener un edificio ‘passiv’, “se ha calculado el espesor preciso en cada paramento, se han trabajado los puentes térmicos minimizándolos, se han calculado los perfiles y prescrito triples vidrios, también se ha colocado una instalación de ventilación con recuperación de calor y por supuesto se ha trabajado la hermeticidad”.
Prácticamente no va a hacer falta que los nuevos propietarios utilicen la calefacción. “La envolvente Rockwool de la vivienda será suficiente para mantener el calor del piso y por supuesto para garantizar la seguridad de estos”, dice.
El sistema de clasificación europeo comprende 7 Euroclases. El aislamiento Rockwool tiene una clasificación A1 que corresponde a las clases de productos no combustibles representando los productos de la construcción más seguros contra el fuego.
En este edificio nos hemos adaptado al estándar Passivhaus, pero con técnicas y materiales tradicionales. Todo un orgullo, sobre todo porque este proyecto en sus inicios, si bien se planteaba como un edificio muy eficiente, no era pasivo”. De manera que con el presupuesto inicial, hemos conseguido hacerlo pasivo, para ello, ha sido preciso un trabajo de desarrollo de proyecto muy importante que hemos aprovechado para exponerlo en la XXI Conferencia Internacional Passivhaus.
El aislamiento elegido es Ventirock DUO, un panel rígido de lana de roca volcánica no revestido, de doble densidad y ofrece gran resistencia a la intemperie. Además de ser totalmente incombustible, garantiza un excelente aislamiento térmico y acústico. Máxima resistencia al agua, al viento, estabilidad dimensional garantizada y sin necesidad de mortero.
Según Germán Velázquez, “una de las ventajas de este producto es que su colocación es muy sencilla, evitando juntas entre piezas que generarían puentes térmicos”