La publicación del Documento Básico de Protección frente al Ruido (DB HR) en septiembre de 2009 complementó la comprobación en laboratorio de las soluciones acústicas de los edificios con la medición in situ, “es decir, una medida real de las soluciones acústicas que se emplean en una determinada edificación”.
Para la asociación, sin embargo, es preciso “completar esta protección verificando si se cumplen las exigencias acústicas del Código, con carácter previo a la concesión de la habitabilidad”.
De no ser así, una vez iniciada la ocupación de la finca, en el caso de incumplimiento de la norma, “se obligará a los propietarios a interponer la correspondientes demanda, a practicar las mediciones in situ y, en caso, de que estas mediciones no satisfagan las exigencias del DB HR habrá que subsanar las deficiencias, pero con más costes y molestias que si se hubiese procedido a efectuar la verificación antes de la entrega del inmueble”.
Por otra parte, Adeces reclama que todas las comunidades protejan los derechos de los usuarios en esta materia “con la misma intensidad que lo hace la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Castilla-León” que de forma progresiva han asumido, con carácter previo a la concesión de la habitabilidad, el examen in situ de las exigencias acústicas para comprobar si se ajustan o no a lo establecido en el DB HR.
A juicio de Ala asociación, resulta “francamente decepcionante” la desigualdad que sufren los ciudadanos y la desprotección en función del territorio en el que habitan, “más aún teniendo en cuenta que el 15,9% de los hogares sufren ruidos procedentes de los vecinos o la calle, superando a la contaminación, al vandalismo o la delincuencia en más de seis puntos”, según la Encuesta sobre Condiciones de Vida de 2016 del INE.
Por encima del índice nacional están Baleares (28,1%), Canarias (27,4%), Murcia (22%), Madrid (21,1%), Comunidad Valenciana (20,8%), La Rioja (16,2%), Extremadura (16,4%), Ceuta (37,2%) y Melilla (20,3%).
Según el Eurobarómetro sobre “Calidad de vida en las ciudades europeas” publicado en octubre de 2013, el 67% de los ciudadanos de Madrid y Barcelona consideran que el nivel de ruido es particularmente alto, ocupando los últimos puestos de una lista de 83 ciudades.