Se trata de un proyecto de ingeniería especial, ya que es la primera vez que se amplía un puente atirantado. Esta solución de ampliación ha permitido un importante ahorro de plazos y económico frente a la alternativa de construir un nuevo puente, que hubiera supuesto, al menos, el doble de inversión y de plazo.
La solución técnica de ampliación, ha aprovechado al máximo la estructura ya existente, de importante valor patrimonial. Todo ello con nula afección tanto al tráfico de la autopista, como al medioambiente, en tanto la Ría de Vigo tiene una importante riqueza biológica.
La obra ha tenido una duración de 32 meses, correspondiendo a la ejecución de la ampliación del Puente de Rande 18 meses que, debido a sus particularidades, exigió estudios específicos para garantizar que la infraestructura se comporte correctamente. Por ejemplo, se llevaron a cabo estudios particulares de viento para simular el comportamiento del puente en condiciones de temporal, tan frecuentes en la región. De hecho, las últimas pruebas se realizaron con la tormenta "Bruno" a su paso por Galicia.