En el crecimiento y recuperación del sector participan diversas circunstancias, “fundamentalmente, el cambio de ciclo en la economía mundial y en la española, en particular, que marca un crecimiento sostenido en los dos últimos años. Además de la demanda interna, el crecimiento se debe en parte a la exportación”, aseguran desde Tecnifuego.
Tras protagonizar una abrupta caída de la facturación global desde 2007, el sector de PCI en España logró remontar en 2015, una tendencia que se mantuvo el pasado año.
“No obstante, las cifras aún no supera al volumen registrado antes de la crisis”, lamentan.
La facturación de la protección activa pueda elevarse hasta los 1.600 millones de euros y la de la protección pasiva hasta cerca de 1.000 millones de euros. En protección activa, esta cifra supone el 43% para fabricación/distribución y el 57% en instalación y mantenimiento. En el área de protección pasiva, la fabricación supone un 25% del total, y la instalación y mantenimiento el 75% de la cifra.
La perspectiva para 2018 sigue en la tónica de crecimiento sostenible, favorecida por la publicación de la actualización de los reglamentos que afectan al sector, lo que generará riqueza, empleo, y tecnología en la materia.
“Significar que el número de empresas del sector se mantiene en la cifra aproximada de 900 de más de 20 empleados. Por lo que se refiere al empleo, éste puede cifrarse en 17.100 directos”.