Elvira de Azúa pertenecía a una familia con una larga tradición en el mundo de la arquitectura y la construcción. Su abuelo construyó el primer cementerio de Santiago de Cuba, informan desde el Caateeb, y su padre ejerció durante 25 años como catedrático de la Escuela de Arquitectura y fue arquitecto municipal del Ayuntamiento de Barcelona, al igual que su marido, Ramon Termens. Elvira de Azúa murió en 1995.
El presidente del Colegio, Jordi Gosalves, destaca su papel pionero “en una profesión fuertemente dominada por los hombres”. Los datos indican que del número total de colegiados con los que cuenta actualmente el Caateeb, sólo un 21% son mujeres, por el contrario los hombres son el 79%.
Gosalves afirma que “los hombres son mayoría, pero las mujeres, poco a poco, van logrando un papel más destacado dentro de la profesión a pesar de una discriminación, a menudo basada en falsos estereotipos, que continúa siendo, la principal traba que tiene que afrontar la mujer para encontrar su lugar en la profesión. Aún así se ha avanzado en su reconocimiento, tal y cómo demuestra el hecho que durante el anterior mandato el Caateeb fuera presidido por una mujer, Maria Rosa Remolà y que en la actualidad nuestra Junta de Gobierno está conformada por un 34% de mujeres ante un 66% de hombres”.
Por otro lado, los datos de matriculación al grado de arquitectura técnica en las diferentes universidades catalanas permite ser optimista de cara al futuro, dado que cerca del 40% de los alumnos que actualmente cursan estos estudios son mujeres.