El precio de la vivienda de segunda mano crece, y la subida este año podría llegar al 8%; lo mismo ocurre con el mercado hipotecario, que sigue creciendo debido a los tipos de interés, en mínimos históricos, y por la apertura del grifo por parte de las entidades financieras.
En este contexto, ha surgido una forma de vender una vivienda que, a pesar de llevar mucho tiempo entre nosotros, hasta hace poco era casi una completa desconocida: la nuda propiedad. Está fórmula permite al propietario vender su piso o su casa y seguir viviendo en ella.
Según explica Eduardo Molet, consultor inmobiliario de entidades financieras españolas y extranjeras, y fundador de Red Expertos Inmobiliarios y del instituto de formación inmobiliaria IFEM, desde enero las ventas de viviendas en nuda propiedad se han incrementado un 300%, el doble de lo que ya creció en 2017, cuando experimentó un crecimiento del 150%. “Se trata de una opción que no deja ganar adeptos”. La agencia inmobiliaria de Eduardo Molet es una de las pocas de Madrid que ofertan viviendas bajo la modalidad de la nuda propiedad.
¿Cómo funciona esta modalidad de compraventa?
El propietario de una vivienda tiene tanto la nuda propiedad como el usufructo vitalicio. Si vende la nuda propiedad, pero no el usufructo, mantiene el derecho a usar y disfrutar la casa mientras viva. Así, explica Molet, “el comprador de la nuda propiedad no adquiere el pleno dominio de la vivienda hasta el fallecimiento del usufructuario, usufructo que se extingue cuando este fallece. Es en ese momento cuando el comprador de la nuda propiedad adquiere el pleno dominio”.
Los perfiles de los vendedores son los de personas mayores, principalmente entre 75 y 80 años, que, o bien no tienen herederos y quieren aumentar sus ingresos para vivir más cómodamente y poder disfrutar de su tiempo libre, o que tienen hijos y quieren asegurar el bienestar de ellos. “También nos encontramos con personas mayores que necesitan cuidados pero que no quieren ingresar en una residencia, y con el dinero de la venta en nuda propiedad pueden pagar asistencia a domicilio, sin que sus hijos, si los tienen, tengan que desembolsar dinero”.
La nuda propiedad, explica Eduardo Molet, presenta importantes ventajas tanto para el comprador como para el vendedor. Para el vendedor, la principal es que puede seguir usando la propiedad y recibir el dinero de la venta al instante y de una sola vez, y todo queda escriturado ante notario. En términos económicos, la gran ventaja para el comprador es que los precios de las viviendas en nuda propiedad están por debajo de los precios de mercado, y con la evolución alcista de los mismo, cuando el usufructo finalice, tendrá una propiedad que se habrá revalorizado considerablemente.
Con esta venta, los gastos también serán menores para el vendedor, ya que pasaría a pagar solamente aquellos correspondientes a los consumos ordinarios de la vivienda (agua, electricidad, gas…), mientras que el inversor se haría cargo desde ese momento del IBI y las derramas extraordinarias de la vivienda.