Estas deducciones desaparecieron en 2013, un año en el que las aprovecharon casi 130.000 hogares, que pudieron deducirse en el IRPF más de 55 millones de euros, según Andimac, a partir de la memoria de beneficios fiscales de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En ese mismo ejercicio se reformaron 1,2 millones de viviendas.
“Pues bien, teniendo en cuenta que la situación económica actual nada tiene que ver con la de entonces, que el conocimiento de las deducciones no era demasiado amplio y que en 2017 se reformaron 300.000 inmuebles más que cuatro años antes, Andimac estima que en la recién iniciada campaña de la renta los contribuyentes podrían haberse deducido más de 84 millones por reformar sus viviendas habituales”.
Además, después de analizar los presupuestos de beneficios fiscales para los años 2012 y 2013, y tras desglosarlos por tributos y conceptos, Andimac señala que las deducciones en el IRPF por obras de mejora en la vivienda subieron casi un 9%, mientras que las reservadas para la inversión en vivienda habitual, por ejemplo, se desplomaron más de un 25% y las de para el alquiler cayeron un 8,2%.
“Estas diferencias ponen de manifiesto la necesidad de mejorar las casas y, por ende, de apostar decididamente por la reforma y la rehabilitación desde la Administración. Este año sólo se reformarán un 6,2% más de casas que en 2017, un porcentaje a todas luces insuficiente si se tiene en cuenta que el parque español está formado por unos 25 millones de viviendas que envejecen a un ritmo del 2% anual, lo que obliga a cometer reformas para mantener el estado de conservación del inmueble, mejorarlo y adaptarlo a las nuevas necesidades”. En este sentido, la mitad de los inmuebles en nuestro país tienen más de 45 años y se han construido bajo criterios de baja calidad.