El grafeno compacto se implanta en el mercado a partir de módulos de celosías que se combinan y articulan para crear genuinos separadores de espacios y dobles pieles en edificios. En el exterior, a partir de diferentes módulos, permite crear fachadas ventiladas que actúan como protector solar y abren todo un nuevo universo creativo al diseño exterior de los edificios, incorporando el color negro en su estética final.
A partir de un proceso exclusivo de síntesis y adición de las estructuras nanométricas del grafeno, la compañía castellonense Graphenglass ha logrado crear este material, único por su combinación de versatilidad, flexibilidad y resistencia, incluso en las condiciones más extremas. Es ignífugo, repele cualquier líquido, impide la proliferación de bacterias, es sostenible y reciclable.
“En Graphenglass llevamos años trabajando a nivel técnico y científico para aplicar el grafeno en la transformación de materiales tradicionales. El grafeno compacto es el primer resultado de nuestro laboratorio, que colabora con centros de investigación avanzada de disciplinas de modo que abarcamos desde la Física y la Ciencia de los Materiales hasta el desarrollo de aplicaciones en áreas como el textil, súper aleaciones de metal o materiales compactos. Es apasionante, gracias a sus inigualables propiedades, el grafeno puede resolver problemas que hasta ahora han sido irresolubles. Con el Grafeno Compacto, aportamos un material a la arquitectura que le va a permitir hacer cosas que hasta hoy no eran posibles, y esto a su vez permitirá ver nuevos y sorprendentes proyectos aplicando nuestras soluciones. Sus propiedades técnicas permiten generar formas curvas y complejas, con volumen y con especificaciones técnicas inigualables hasta el momento en el ámbito de la arquitectura”, explica Javier Heredia, CTO del proyecto.