Las villas en zonas como Binibeca, Es Grau, Sa Mesquida y Alcaufar y las fincas rurales con vistas al mar, especialmente en el sudeste de la isla, son las propiedades más demandadas tal y como explica la agencia inmobiliaria. También los proyectos de obra nueva que, debido a las restricciones de la administración local para la construcción y rehabilitación, se han visto limitados en gran medida. En las zonas rurales sólo se permite la rehabilitación de propiedades ya edificadas y queda prohibida la nueva edificación, mientras que “la disponibilidad de fincas costeras es extremadamente limitada”, señala Gary Hobson., director general de la compañía en Menorca.
“Donde sí existe potencial de nuevos desarrollos es en las regiones más turísticas y en ciudades como Mahón y Ciudadella, donde los productos más solicitados son las casas adosadas cuyos precios oscilan entre los 350.000 euros y los 1,5 millones”, aclara la agencia alemana.
Engel & Völkers destaca que más del 90% de sus clientes no recurre a la financiación para comprar una vivienda y que, además del uso privado, contemplan cada vez más la posibilidad de un alquiler vacacional para estancias cortas.
Perfil del comprador
Entre los demandantes de esas viviendas son españoles y británicos los más interesados. “No obstante —dice Engel & Volkers— cabe destacar que, en los últimos años, se ha ampliado a compradores de otras nacionalidades como franceses, alemanes, belgas, suizos, austriacos y estadounidenses. El perfil lo componen familias y empresarios, mientras que los directivos jubilados que eran compradores habituales anteriormente han dado paso a ejecutivos más jóvenes de alto poder adquisitivo que buscan “un lugar que les permita desconectar”.
“El creciente enfoque de la isla por un turismo de calidad, patente con la apertura de varios hoteles boutique en lugares recónditos que ofrecen retiros relajantes en medio de la naturaleza, atrae a turistas adinerados y, a su vez, a posibles compradores de segundas residencias exclusivas”, añaden.