El restaurante se ubica en una bodega de 200 años de antigüedad, con techos abovedados y arcos de ladrillo, que aluden a la faceta histórica del espacio. Amador ha escogido Neolith para las superficies de su cocina, incorporando elementos modernos que aportan un agradable contraste visual a los comensales.
"Quería algo que pareciera natural pero que aportara un aire moderno”, explica Amado Salvador.
Para lograr el look de hormigón deseado, Amado Salvador, ha elegido el modelo Neolith Beton Silk para las encimeras y la isla central de la cocina, añadiendo un sutil estilo industrial.
A nivel de características técnicas, lo más importante, sobre todo para su proyecto, “es que la superficie fuera apta para la manipulación. Tenía que permanecer totalmente estable y ser lo suficientemente robusta como para resistir fluctuaciones extremas de temperatura”, concreta.