Los pates se inventaron a raíz de los problemas que surgían al acceder a las redes de saneamiento ya que los peldaños antes eran solo una varilla de acero encarcelada con cemento y el montaje era mucho más caro. Además, los peldaños siempre estaban en mal estado por oxidación debido al ambiente tan agresivo que hay dentro de los pozos. Fue en Estados Unidos, país pionero en el sector del prefabricado de hormigón, dónde se planteó esta problemática, dando como solución la creación de un peldaño que además de una varilla de acero, tuviera una capa de plástico protectora a los gases y ambientes agresivos existentes en el alcantarillado.
Iverna, motivada por el éxito logrado, exportó está idea a Europa, siendo la primera empresa española en apostar por este producto. Invirtió en maquinaría y automatización en el proceso productivo. “Los primeros pates se montaron en Zaragoza, ciudad dónde tiene sede la empresa, y todavía se aprecia como el peldaño mantiene intactas sus propiedades”, aseguran desde la empresa.
Iverna fabrica con polipropileno virgen y varilla de acero calibrado que posee un 40% más resistencia que las varillas de acero habituales. “Solo con materias primas de primera calidad pueden pasarse los exigentes tests que la normativa EN-13101 demanda a los fabricantes. Tests que deben realizar en cada lote de 1000 peldaños, dando así constancia al cliente”.
También hay que señalar que la mayoría de los pates de Iverna se adaptan tanto superficies curvas como rectas, minimizando el stock de sus clientes y facilitando el montaje al usuario final.