Las humedades se generan, por un lado, por el bloque de la transpiración necesaria de los muros, por no airear bien las habitaciones, y por otro, a realizar tareas domesticas a diario como cocinar, ducharnos, planchar, etc., que hacen que se produzca un excesivo nivel de vapor en el ambiente y se genere la condensación del agua.
Asimismo, las fuertes lluvias que están teniendo lugar en un amplio territorio nacional provocan, en muchos casos, humedades por capilaridad. Las humedades por filtraciones también son muy comunes en esta época y suelen surgir en los garajes, sótanos y plantas bajas. Aparecen cuando el agua presente al otro lado de un muro penetra dentro del edificio a través de la pared de forma lateral. Por ello, todas las estancias en contacto directo con la tierra sobre la que esté construida el edificio son muy sensibles a padecer este tipo de humedades.
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