Rockwool se está centrando en conseguir 10 de los 17 objetivos con una estrategia que se basa en pasar por maximizar el impacto positivo de sus productos y minimizar el impacto negativo de sus operaciones. Los trabajos realizados en 2017 para medir la energía y “los ahorros de carbono” confirmaron la posición importante que tienen los productos de aislamiento de la marca para edificios y aislamiento técnico a la hora de hacer frente al cambio climático. En este sentido, el análisis realizado por S&P Trucost ha afirmado que estos materiales contribuyen a alcanzar los ODS establecidos por la ONU.
Desde 2015, implantando medidas de eficiencia como la optimización de los compresores y la instalación de iluminación Led, la marca ha conseguido recudir en un 3,8% las emisiones de CO2 por tonelada de lana de roca de sus fábricas. En materia de gestión de residuos, Rockwool ha recudido un 4,1% los desechos a vertedero y ha recuperado 120.000 toneladas de desperdicios de lana de roca.
La compañía se ha marcado como objetivo de sostenibilidad reducir en un 10% las emisiones actuales de CO2 y el consumo de agua de fábricas para 2022. También el consumo de agua de sus fábricas, y poder alcanzar el objetivo del 20% en 2030. Además, el reto de la compañía en materia medioambiental pasa por reducir en un 40% los residuos que van a vertedero en 2011 y lograr el 85% en 2030. Mientras tanto, pretende disminuir el consumo energético de sus instalaciones actuales que no han sido renovadas en un 35% para 2022 e incrementar la cifra en 2030 hasta el 75%.