Se trata de un pasaje triangular de 25 metros de largo por 6 metros de alto, construido con superficies Dekton que parecen estar en equilibrio sobre un solo borde en un espacio oscuro y evocador. Al entrar en el pasaje, se contemplará un diseño cáustico que, lentamente, se desplaza ondulante sobre la superficie, simulando la refracción de la luz en el agua, lo que hace pensar en la tranquilidad de encontrarse sumergido.
Los visitantes que atraviesen el pasaje se convertirán en una parte integral de la instalación, ya que sus sombras se fundirán con la superficie de la estructura. Los dos espejos situados a ambos lados del pasaje abovedado reflejan la instalación y crean la ilusión de un espacio infinito, además de dejar entrever los diseños cáusticos del interior.
El diseño de Hubert incide en las cualidades altamente tecnológicas de Dekton como producto tanto para la arquitectura de interiores como de exteriores, así como en los minerales naturales utilizados en la fabricación del material. Hubert, inspirándose en el proceso de elaboración de Dekton, concibe una experiencia impactante e interactiva que pone de manifiesto la armonía entre la naturaleza, la luz y la arquitectura.