De la obra de Alba Hidalgo, Pablo Manteca y Jaime Ruiz, el Jurado ha valorado, en primer lugar, la decisión de reordenar el límite del mar en el puerto, realizando un espacio urbano nuevo, en el que el agua y el acceso de embarcaciones forman parte del proyecto, y en segundo lugar, por el hecho de que el ladrillo, a través de su materialidad, adquiere un protagonismo en los espacios interiores de la zona de exposición, explorando su capacidad para definir un lugar especial.
En el caso del proyecto de Jacobo Murillo y Belén Lahuerta, el jurado ha valorado este proyecto tanto por su simplicidad constructiva como por lo proporcionado de las dimensiones del edificio con respecto a las situaciones que resuelve: la conexión con la ciudad, con el puerto y con el mar, obteniéndose unos espacios adecuados para el uso propuesto. Se valora la búsqueda de la relación sincera entre construcción, espacio, programa y presencia; todo como un proyecto unitario.
también se otorga una Mención al trabajo de Laura García, Ángel Rubio y Manuel López, de la Universidad: Escuela de Arquitectura - Universidad de Sevilla (ETSA – US). El Jurado ha valorado la decisión de ubicar el volumen construido junto al borde del mar, con una planta que ordena bien los cuerpos edificados mediante una gran pérgola que además de unificar el conjunto, ayuda a organizar también espacialmente esta zona del puerto y los movimientos que se producen en él.