La fábrica de Tejas Verea en Lanzá (Mesía) cuenta con un nuevo laminador de arcilla capaz de realizar una molienda con una granulometría muy fina, una nueva tecnología que permite incrementar la calidad de las tejas, ya que reduce la absorción de agua, aumenta su resistencia y mejora su acabado. La adquisición de esta tecnología ha supuesto una inversión de más de 600.000 euros y se enmarca en el Plan de Inversión 2019-2020, mediante el que la compañía prevé realizar inversiones por valor de 2,5 millones de euros.
“Las otras inversiones previstas supondrán mejoras de proceso de las tres líneas de producción con el objetivo de seguir mejorando la calidad de las tejas, además ofrecen 50 años de garantía certificada” según el informe de Verea. La empresa tiene una capacidad de producción en Mesía de 50 millones de tejas al año, en un complejo industrial de casi 300.000 metros cuadrados. La facturación asciende a 10,3 millones de euros y da empleo a 60 trabajadores.
Durante la Jornada Anual de Puertas Abiertas Verea, más de 100 personas de los municipios limítrofes visitaron la fábrica para conocer todo el proceso de fabricación de una teja. También tuvieron la oportunidad de ver el trabajo de un cabaqueiro, el oficio tradicional de fabricación del producto.
Desde el año 2012, la compañía mide las emisiones totales de CO2 por tonelada producida de tejas con la Calculadora de Huella de Carbono del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a través de la que han conseguido reducir el 6,65% de sus emisiones a la atmósfera. En 2015, Verea se convirtió en el primer fabricante de teja en inscribirse en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y proyectos de Absorción de CO2 del Ministerio.
La empresa cuenta con un plan de reducción de emisiones, por ello, han disminuido a cero las transmisiones de CO2 derivadas de la electricidad. Las líneas de producción sólo consumen energía eléctrica de fuentes renovables y se han invertido más de 150.000 euros para aminorar las emisiones directas producidas en los hornos y secaderos, aumentando los reaprovechamientos energéticos y los aislamientos.