Estos datos ofrecen un crecimiento acumulado en los diez primeros meses del año de un 8%, con un consumo de 12,2 millones de toneladas en valores absolutos. Esto confirma la desaceleración en el consumo de cemento. En el acumulado del año, aumentaba un 11,5% al cierre del primer semestre. En los últimos cuatro meses, se reduce al 3%.
En la comparativa interanual (noviembre 2018 - octubre 2019), la desaceleración es aún mayor, ya que el incremento se sitúa en el 7%, ocho décimas por debajo del cierre del mes anterior.La pérdida se eleva por encima de los tres puntos porcentuales, de crecer un 10,2% al 7%, si se compara con las obtenidas al cierre del primer trimestre.
Las exportaciones, que encadenan 29 meses en números rojos, han vuelto a caer en octubre, se registra un descenso del 16,8%, lo que ha supuesto la pérdida de 121.645 toneladas. En el acumulado anual, la bajada de las exportaciones se sitúa casi en el 21%, mientras que, en el año móvil, roza el 20%.
“Desde la industria cementera española y la europea estamos haciendo nuestros deberes. Llevamos años invirtiendo y trabajando en proyectos de I+D+i para desarrollar soluciones bajas en carbono y desarrollando nuevos productos para la industria de la construcción que mitiguen los efectos del cambio climático, un compromiso que desgraciadamente no comparten muchos de nuestros competidores del arco mediterráneo”, concluye el presidente de Oficemen, Víctor García Brosa.