Este año, como novedad, el análisis interno se ha complementado con la consulta a varios grupos de interés, lo que permite aportar una perspectiva externa que ratifica el enfoque actual de las políticas priorizadas desde la industria.
Los nuevos datos del estudio trasladan que cada una de las fábricas de cemento, contribuyó con 3 millones de euros de media en concepto de impuestos, de los cuales aproximadamente un 32% corresponden a tributos locales y autonómicos. Estos datos permiten afianzar el impacto positivo a escala local de las fábricas, algunas de las cuales tienen una presencia centenaria en las zonas en las que operan.
El impacto en el empleo de la industria cementera aglutina a más de 16.000 trabajadores. Además, destaca la estabilidad, ya que un 92,4% de estos cuentan con contrato indefinido, una cifra 19 puntos porcentuales superior a la media española.
El índice de frecuencia de accidentes con incapacidad temporal fue de 5,55 para personal directo, afianza una tendencia del valor a la baja desde 2014. La industria española del cemento destina importantes inversiones a todas las cuestiones vinculadas con la salud y la seguridad, solo superadas por las dirigidas al cuidado y protección del medio ambiente.
En cuanto a los indicadores medioambientales, los datos de los últimos cinco años reflejan una tendencia a la baja en las transmisiones de CO2, NOx y partículas por tonelada producida de clínker. Así, desde 2014, las emisiones de polvo y las de óxidos de nitrógeno se han reducido en un 20,6%.
El uso de combustibles derivados de residuos en sustitución de los fósiles mejora sus ratios hasta un 26,5%. Además, el 100% de las fábricas cuenta con sistemas de gestión medioambiental certificados y en su conjunto han aumentado las inversiones en biodiversidad un 48% respecto a 2016.
Por lo que respecta a las áreas de mejora, el estudio apuesta por la necesidad de potenciar el talento femenino, que representa en la actualidad solamente el 11,5% del total de sector, e incrementar el existente, así como mejorar la comunicación no financiera.