Ante esta situación, la Plataforma Passivhaus explica que "cobra mayor importancia contar con hogares que, de la manera más eficiente posible, garanticen esta calidad de ambiente interior para ayudarnos a cuidar de nuestra salud" durante las próximas semanas, nos referimos a las viviendas Passivhaus. Estas, además de contar con un aislamiento adecuado, "filtran todo el aire que se introduce para la renovación higiénica, garantizando de esta manera unas condiciones óptimas de confort en el interior". En este sentido, cabe destacar que este tipo de casas responden muy bien a dicha necesidad.
Son viviendas en las que se utilizan altos niveles de aislamiento térmico; cuidan su diseño y ejecución eliminando los puentes térmicos, dando continuidad al aislamiento a lo largo de todo el edificio; incluyen puertas y ventanas de altas prestaciones térmicas (triple acristalamiento, bajas transmitancias y correcta instalación); garantizan la hermeticidad a la entrada de aire no deseado; y recurren a una ventilación mecánica con recuperación de calor de alto rendimiento. Estos son los cinco principios básicos del estándar Passivhaus, el más exigente del mundo en la construcción de Edificios de Consumo Casi Nulo. Además, el Passivhaus Institut recomienda que los materiales del interior del edificio sean de bajas emisiones de COVs (compuestos orgánicos volátiles contaminantes).
Gracias a este tipo de construcciones "se puede ahorrar hasta un 90% en el consumo energético de climatización dando lugar a una factura de 1 al año por metro cuadrado", es decir, para una vivienda media de 100 m2 la factura es de 100 al año, sin duda un ahorro considerable.
En cuanto a la temperatura, las viviendas Passivhaus permiten mantenerse entre los 20 ºC y 25 ºC todo el año gracias al sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor, que cruza el aire que entra del exterior con el aire interior que tenemos en temperatura de confort, sin mezclarlos, produciéndose una transferencia de energía por la que se intercambia el calor de un aire al otro." De esta forma, el aire de impulsión entra ya atemperado al edificio y se necesita menor aporte de energía para alcanzar la temperatura de confort", aseguran.
La calidad del aire interior es otro aspecto clave al permanecer tantos días en casa. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera una calidad de aire óptima para concentraciones de CO2 inferiores a 800 /1.000 ppm (partes por millón). A partir de 1.000 ppm se considera que el aire que respiramos tiene efectos negativos para la salud, pudiendo provocar enfermedades respiratorias y cardíacas o afectar a otros órganos. Por eso, en las viviendas Passivhaus, gracias al sistema de ventilación que extrae el aire viciado del interior e introduce aire exterior previamente filtrado, obtenemos un flujo de aire continuo con concentraciones de CO2 inferior a los 1.000 ppm todos los días del año.
A nivel europeo, "alrededor del 15% de las viviendas tienen problemas de humedades, el 10% de hongos y el 22% padecen problemas de ruido", patologías edificatorias que pueden provocar en sus ocupantes enfermedades como: hipertensión, problemas respiratorios o enfermedades cardiovasculares por temperaturas frías en invierno o niveles de humedad inadecuados y falta de calidad del aire interior; tasa de mortalidad adicional, enfermedades circulatorias y respiratorias ocasionadas por altas temperaturas en verano; irritación, alergias, infecciones y asma por humedades y hongos; y deterioro cognitivo o alteración del sueño por el ruido.