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El sistema de automatización de viviendas y edificios de Loxone es compatible con la mayoría de inversores solares del mercado.

Cualquier instalación fotovoltaica, por grande o pequeña que sea, necesita un inversor solar para pasar de corriente continua a alterna, que es con la que funcionan los electrodomésticos y dispositivos electrónicos. Según explican los expertos de Loxone, una de las firmas tecnológicas de referencia en Europa en la automatización de viviendas y edificios, la buena gestión de la energía es primordial para aprovechar todos los beneficios y ventajas de estas instalaciones, y asegurar que la factura eléctrica sea la mínima. “La mayoría de los sistemas del mercado solamente monitorizan la energía generada, e incluso los propios inversores suelen venir con su propia app para la monitorización, pero no actúan sobre ella, con lo cual no se puede optimizar dicha energía”, advierte Eva Castilla, ingeniera electrónica y especialista en Marketing Digital de Loxone.

  • Gestión de la energía, ¿cómo funciona?

Actuar sobre la energía generada permite activar los elementos y dispositivos que la consumen cuando hay un excedente, y evitar que estos funcionen cuando no la hay. De esta forma, se impide malgastar energía y se asegura una mayor eficiencia energética.

A diferencia de la mayoría de los sistemas del mercado, Loxone permite la integración de los diferentes inversores solares existentes, no solo para monitorizar la energía generada, sino también para actuar sobre ella y que entren en funcionamiento las distintas cargas de un edificio o vivienda: calefacción, calentador, depósito de ACS, depósitos de inercia, electrodomésticos o cargador de coche eléctrico, entre otros.

  • Más autoconsumo y menos excedente energético

La principal ventaja de integrar la gestión de la energía en un sistema de automatización del hogar o edificio de cualquier tipo es que se puede visualizar la producción y el consumo desde cualquier lugar y en cualquier momento, tener un consumo energético óptimo en base a la autoproducción y priorizar el funcionamiento de los aparatos de consumo. Así, el excedente de energía se puede aprovechar para el autoconsumo y la carga de los distintos dispositivos eléctricos, en lugar de inyectarlo a la red, siendo mucho más eficientes y sostenibles.

Por ejemplo, cuando hay exceso de energía se puede activar la temperatura de consigna a 55ºC del ACS. Con este exceso también se pueden realizar ciclos anti-legionela alcanzando la temperatura de 75ºC-80ºC recomendada. Más ejemplos de qué hacer con la energía sobrante: encender el calentador de la piscina, activar el acumulador o depósito de agua para que se caliente, aprovechar para hacer una carga rápida o más potente del coche eléctrico, o activar algunos electrodomésticos.

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