“El deterioro de la coyuntura, la incertidumbre en cuanto a su evolución y la suspensión temporal de la actividad para hacer frente a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 condicionaron la evolución de la actividad del conjunto del sector durante el ejercicio”, aseguran desde el Observatorio.
El número de empresas y el volumen de empleo en el sector mantuvieron una tendencia alcista entre 2016 y principios de 2020, si bien a partir de marzo de este último año estos indicadores registraron un cambio de tendencia motivado por la pandemia.
A principios de 2020 operaban en el sector más de 85.500 compañías, “de las cuales solo 185 contaron con ingresos superiores a los 25 millones de euros en 2019”. Dentro estas, un total de 105 empresas correspondieron al grupo de constructoras medianas, esto es, con facturaciones de entre 25 y 50 millones de euros, cifra que aumentó en unas veinte compañías respecto a 2018.
El negocio generado por las constructoras medianas (facturaciones en el sector situadas entre los 25 y los 50 millones) se situó en 3.400 millones de euros en 2019 en el mercado español, un 23% más que en 2018, muy por encima del 8,1% que aumentó de media el conjunto del sector en este año. Esta cifra supuso el 2,7% del valor total de la producción. “No obstante, la producción de las constructoras medianas también registró un descenso notable en 2020 ante el impacto de la Covid-19”, explican.
La actividad de las constructoras medianas en mercados exteriores, que representó el 5% de sus ingresos totales en 2019, también registró un comportamiento positivo en 2019, “aunque mostró menor dinamismo que en el mercado nacional”.
La producción de obra civil acaparó el 52% de los ingresos totales de las constructoras medianas en 2019, mientras que la edificación supuso el 46% (26% edificación residencial y 20% edificación no residencial). El 2% restante se derivó de otras actividades distintas a la construcción.