Para conseguirlo, la compañía se ha propuesto continuar con su política medioambiental que sitúa el reciclaje como la elección inteligente en todos los procesos de producción. “dentro de la agenda corporativa de sostenibilidad 2020-2023, estamos trabajando intensamente por dotar de contenido la regla de las tres R: Reciclar, reducir y reutilizar nuestros productos para generar el menor número de residuos, disminuir las emisiones y contribuir a la lucha contra el cambio climático”, afirma Carlos Fortes, Quality Assurance Manager de la empresa.
En la planta madrileña, la utilización de residuos peligrosos ha descendido exponencialmente en 2020 en comparación con 2019. Así, el aceite usado y los ácidos inorgánicos se han reducido un 100%. Mientras, el uso de adhesivos de resinas y masillas ha decrecido en un 94% y las resinas obsoletas en un 59%.
No obstante, lo más destacable es la reducción del residuo licor madre, que puede provenir de aditivos caducados o de algunas aguas de limpieza, sobre todo de las líneas de fabricación de pinturas. “Descubrimos que estas aguas tenían un bajo contenido de sólidos y que se podían tratar en la planta de tratamiento de aguas de proceso de la fábrica. De esta manera se han reducido en un 37%, siendo el residuo que más pesa en el global”, argumenta Fortes.
En cuanto a los residuos no peligrosos, estos se han reducido en un 65% con respecto a 2019. Destaca entre ellos el residuo escombro, que ha descendido un 48% debido a una mejor optimización de las limpiezas de las mezcladoras de morteros. “Este residuo procede en un 40% de la arena que se usa para la limpieza de las mezcladoras. Gracias a la optimización de la programación de las fabricaciones se ha evitado que haya que cambiar constantemente de producto y, por lo tanto, se ha minimizado el número de limpiezas y la cantidad de residuo generado”, destaca Carlos Fortes.