Además, reciclar el PVC permite una reducción de 90.000 toneladas de residuos de emisiones del CO2, equivalentes a 90.000 vuelos de ida y vuelta de París a Nueva York. Otra de las grandes ventajas es que, gracias al uso del PVC, el consumo energético del proceso de reciclaje es un 90% menor que la energía necesaria para producir PVC virgen.
"Para conseguir un mayor impacto, Deceuninck promueve el trabajo en equipo para crear una economía circular y anima a todos sus fabricantes e instaladores a colaborar y aunar esfuerzos en los procesos de reciclaje recuperando el material post-industrial y post-consumo para la reutilización de los perfiles y, así, contribuir en la nueva economía sostenible y mejorar la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)", aseguran desde la empresa.