El primer hospital madrileño especializado exclusivamente en atención pediátrica nació como una obra de caridad para niños sin recursos y sus centenarias instalaciones de estilo neomudéjar están siendo objeto de una importante remodelación, a lo largo de los últimos años. Ursa ha querido participar en este proyecto solidario con sus soluciones de aislamiento térmico y acústico.
“Nos encontramos con un edificio de más de 140 años y que en aquel momento no cumplía con ningún criterio de eficiencia energética en su construcción. El aislamiento ha sido fundamental para dotar a las instalaciones de confort térmico y subsanar las deficiencias que presentaba en su construcción original”, explica José María Torralba (Estudio Morph), arquitecto del proyecto y responsable de la Dirección Facultativa de la obra.
“La mayoría de los pacientes son niños con trastornos neurológicos y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso por lo que el confort acústico también ha sido fundamental a la hora de diseñar este proyecto. Gracias a las lanas minerales donadas por Ursa hemos conseguido este confort acústico fundamental para garantizar el bienestar de los pacientes”, señala Torralba.
La compañía, que entiende que la rehabilitación de edificios es clave para cumplir con el objetivo de reducir las emisiones de CO2, ha aportado paneles de lana mineral Ursa Terra T18R para contribuir a los altos estándares de confort y regulatorios que exige la edificación en los servicios relacionados con la salud. Este material ofrece un aislamiento de alto rendimiento y hace posible la reducción de la demanda de energía del inmueble.