Según recoge el informe "La pujanza de la demanda de vivienda, una de las sorpresas más positivas de 2021", elaborado por ´CaixaBank Research´, el precio de la vivienda en 2021 aumentó un 6,6% respecto a los datos previos a la irrupción de la pandemia del coronavirus.
"Si bien es cierto que el desequilibrio entre la oferta y la demanda está repercutiendo en el precio de las viviendas, cuyo encarecimiento puede ser atribuido a la falta de oferta residencial disponible en el mercado, no se prevé una tendencia alcista que deba inquietar a los mercados", aclaran desde el Consejo General de Coapi de España.
En este contexto, aseguran que "no hay perspectivas de que el mercado se vaya a sobrecalentar o tensionar en los próximos años" y descarta por completo la posibilidad de que España vuelva a sumergirse en una situación de burbuja inmobiliaria. Concretamente, según el Instituto Nacional de Estadística, los precios se sitúan un 12% por debajo de los máximos alcanzados en los meses previos al estallido de la burbuja.
Mercado estable
Los factores principales que motivaron este ligero repunte de precios fueron el bajo nivel al que se mantienen todavía los tipos de interés -pese a la inflación- y la escasez relativa de oferta, que está estrechamente relacionada con problemas logísticos y las dificultades en la entrega de materiales por la falta de suministros que trajo la pandemia.
"Las previsiones para el año 2022 son positivas. El mercado inmobiliario está ágil y atraviesa una fase de estabilidad, por lo que la vivienda aparece como bien refugio para los inversores, pues no existen riesgos de grandes e inesperados cambios ni de subidas exageradas en el nivel de precios", afirma el Consejo.