Hay varias clases entre las que destacan:
Malla de refuerzo para las esquinas
Son mallas de refuerzo resistentes a los álcalis que se aplican en las esquinas de marcos de puertas y ventanas reforzando y armando el revoco para evitar su fisuración.
Malla de armadura
Son mallas de fibra de vidrio con impregnación de resina, que evita el ataque y la acción de los álcalis y la estabiliza dimensionalmente. Refuerza el sistema, mejorando su resistencia a las solicitaciones térmicas y mecánicas. En zonas de zócalo se emplean dos capas de malla o una sola malla más resistente. Mostramos a continuación las mallas de uso más corriente:
Malla estándar o general del sistema
Es una Malla de fibra de vidrio álcali resistente, de aproximadamente 160 g y una luz de malla de +/- 4 × 4 mm. Está indicada para el refuerzo de los morteros en la capa base del SATE y para las partes altas del edificio, proporcionando una armadura eficiente al sistema.
Malla antivandálica, de gramaje superior a 300 g/m2.
Malla de fibra de vidrio álcali resistente, con un gramaje superior a los 300 g y una luz de malla de +/- 6 x 6 mm. Se aplica de forma complementaria para el refuerzo de los morteros en la capa base, aportando una mayor resistencia mecánica en las zonas de alto riesgo de impacto o golpeo, como las zonas accesibles a actos vandálicos, zócalos, tramos inferiores de fachada, etc. Como alternativa se puede utilizar doble malla normal.
Consideraciones:
Para las zonas con alto riesgo de impacto colocar una malla de armadura con doble refuerzo o malla antivandálica, en una capa adicional previa de mortero de refuerzo sobre la que se embebe la malla especial con una llana. Sobre dicha capa se aplicará la malla estándar. Para cualquier duda consultar con el fabricante.