El precio de la vivienda de segunda mano sigue intensificando su trayectoria al alza. Para Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, “El vigor del sector residencial ha alcanzado su cota máxima, arrojando cifras de compraventa que no veíamos desde la época del boom”.
El portavoz del portal inmobiliario justifica este ímpetu en la vuelta al ladrillo como valor refugio, el ahorro acumulado durante la pandemia y las buenas condiciones de financiación. Precisamente, uno de los aspectos que podría frenar la efervescencia compradora es el futuro escenario de los tipos de interés. “La inflación está disparada, y si la guerra en Ucrania se alarga, este indicador podría romper récords. Ante esta situación, el Banco Central Europeo trataría de contener su escalada subiendo los tipos oficiales, lo haría las hipotecas menos atractivas para el comprador”.
También el conflicto bélico está haciendo mella en la obra nueva. Font destaca que “el encarecimiento de los materiales va a obligar a los promotores a subir el precio de los nuevos desarrollos residenciales”. El experto añade que “hasta ahora, el sector promotor había absorbido estos sobrecostes, pero ha llegado un punto en el que, para obtener una rentabilidad que haga que merezca la pena seguir construyendo, es necesario repercutir cierto margen al cliente”.