“El problema de base reside en una falta clara de mano de obra, pues el ritmo de construcción no es lo suficientemente alto como para satisfacer la demanda actual. En la actualidad, la producción de vivienda se cifra entre 80.000 y 90.000 unidades, mientras que la demanda, según estimaciones, ascienda hasta las 140.000 viviendas anuales”, explica Ferran Font, director de Estudios y portavoz de pisos.com.
El problema principal tras este déficit reside en la falta de mano de obra y su especialización. Según datos de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), en la actualidad hay en torno a 1,3 millones de trabajadores en este sector. En este sentido, Font revela que sería necesario “aumentar un 40% el número de trabajadores”.
En tiempos del llamado ‘boom’ inmobiliario, la construcción alcanzó un máximo de 2,8 millones de trabajadores, mientras que, en 2014, con la crisis, se redujo hasta los 700.000. Hoy en día, para cumplir con la demanda, se estima que son necesarios 2 millones de empleados.
El precio de los materiales, también al alza
“A toda esta problemática hay que añadirle el incremento que se ha producido estos meses en los costes directos de construcción en edificación residencial”, recuerda el experto, apoyándose en el Índice de Costes Directos de la Construcción elaborado por ACR, que recoge una subida del 23,5% en el año 2021.
Los precios de la construcción, que dieron un ligero respiro en 2020 por la crisis sanitaria, ya venían al alza desde antes de la pandemia. Entre los materiales que más se han encarecido destacan la vidriería, con subidas de hasta el 50% en 2021, la cimentación y la estructura de obras nuevas.
“En definitiva, este fenómeno afecta de lleno a la obra nueva y a su precio, que ha experimentado una tendencia alcista este inicio de año. La falta de oferta, por lo tanto, no hace más que complicar este encarecimiento natural del mercado, de modo que acabar con este déficit de vivienda se antoja más importante que nunca”, concluye.