Afelma recuerda que en España, un 65% de la población vive en pisos siendo uno de los países con el porcentaje más alto. Sin embargo, la mayor parte de estas viviendas fueron construidas con estándares de calidad significativamente inferiores a los actuales y ello se traduce en un aislamiento insuficiente frente al ruido. Pero lo que es peor: no se ha actuado ni siquiera ahora, cuando disponemos de las técnicas y materiales necesarios para mejorar la situación del ruido, y la normativa sigue siendo claramente insuficiente, y las mejoras que se imponen a nivel de aislamiento frente al frío o el calor no tienen en cuenta la protección frente al ruido e incluso permiten que empeore.
De hecho, la exposición al ruido en el hogar provoca dificultades para conciliar el sueño, estrés y ansiedad, falta de privacidad y otras consecuencias negativas para el descanso, la salud y la convivencia entre vecinos. Además, según la Organización Mundial de la Salud, el exceso de ruido interfiere con las actividades diarias en el hogar, el trabajo y la escuela, reduciendo el rendimiento y provocando cambios de carácter. Por otra parte, advierte de que puede causar trastornos del sueño, efectos cardiovasculares y también psicológicos y fisiológicos.
Según datos de 2020 del INE, un 21,9% de los ciudadanos declaraba problemas de ruidos producidos por vecinos o del exterior, o lo que es lo mismo: 10.369.650 personas en España. Sin embargo, las normas sobre acústica en nuestro país son de las más laxas en Europa. Y más allá de las mejoras en el Código Técnico, -que son muy necesarias-, existen también medidas que pueden tomarse a nivel autonómico o local para fomentar que cuando se haga una reforma en una vivienda o en un local que desarrolle una actividad molesta, también se mejore el aislamiento frente al ruido, utilizando para este fin soluciones constructivas adecuadas.
“La firma de este manifiesto es el resultado de la demanda de la sociedad por la eliminación o reducción del ruido. Una reivindicación que se ha hecho aún más presente como consecuencia del tiempo que hemos tenido que permanecer en casa con motivo de la pandemia, conviviendo con estos ruidos incluso en nuestras horas de trabajo o estudio. Por eso, es necesario recurrir a soluciones que permitan mejorar el confort acústico utilizando los materiales adecuados para ello, que además no suponen un coste adicional. El único requisito es tener en cuenta los aspectos acústicos y realizar correctamente la ejecución de la obra” comenta la secretaria general de Afelma, Mónica Herranz.
Para Yago Masso, director general de Atedy, “nuestro manifiesto llega cuando estamos en un momento inmejorable para frenar las consecuencias de la contaminación acústica en viviendas dada la posibilidad de solicitar subvenciones para la rehabilitación procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea. Por este motivo, si no se actúa ahora, antes de que venza el plazo para solicitar estas ayudas, se perderá una oportunidad única para dejar de ser uno de los países que más padece el ruido dentro nuestras viviendas”.
En palabras de Yomara García Viera, presidenta de Juristas Contra el Ruido, “la Administración debe establecer y facilitar las condiciones que hagan posible el “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, reconocido en el artículo 47 de la Constitución. Por ello, con este manifiesto, demandamos que las actividades contaminantes adopten medidas correctoras en origen, en la fuente, incluidas las de aislamiento y acondicionamiento, cuyo incremento y exigencia también se propone, pues no cabe derivar la responsabilidad a las personas afectadas por el ruido y la contaminación acústica”.