Los seis últimos trimestres muestran un crecimiento que compensan los descensos de 2020, aunque debe ser matizado ya que se compara con los peores momentos de la pandemia. En conclusión, se observan signos positivos de la actividad inmobiliaria global, aunque con un crecimiento mucho más moderado.
Si se observan los componentes de la evolución del Irai mostrada al término del tercer trimestre, el crecimiento se produjo fundamentalmente por el incremento en el área de propiedad, un 5,4%, debido al aumento del número de compraventas, un 8,9% y del incremento del número de hipotecas, un 4,5%, acompañados del precio de las compraventas y el de las hipotecas, ambos con un incremento del 3,7%. En el área de las sociedades mercantiles se produjo un ligero descenso del 1,6%, que ofreció similar resultado en las áreas de Construcción e Inmobiliario.