Normalmente, los dos parámetros más importantes a considerar son la resistencia a compresión y la adherencia, la cual es un aspecto crítico pues aparte de su misión aglutinadora, influye en otras propiedades como la resistencia o la estanqueidad del conjunto al agua.
Las cuatro exigencias fundamentales de los morteros son: la resistencia, la adherencia, la estanqueidad y la estabilidad.
Resistencia
La resistencia, a compresión, es generalmente el criterio más empleado para identificar y prescribir un mortero ya que es una de sus propiedades más importantes y es fácilmente medible. El aumento de la resistencia del mortero supone un incremento de la resistencia final de la fábrica.
“La resistencia a la compresión es el criterio más empleado para prescribir un mortero”
Es aconsejable prescribir la resistencia suficiente que asegure la respuesta mecánica proyectada sin excesos que pueden comprometer otras propiedades.
No es seguro establecer en la obra una mezcla de los componentes del mortero para alcanzar una resistencia, hay que utilizar siempre morteros industrailes de la resistencia que necesitemos y así aseguraremos un buen resultado final y uniformidad en las prestaciones finales.
Adherencia
El mortero debe ser capaz de absorber los esfuerzos que solicita la fábrica sirviendo de ligante entre las piezas para que no se separen y se origine fisuración.
“La adherencia es la propiedad más determinante de los morteros en el sistema constructivo de las fábricas, pues de ella depende que los diferentes materiales se comporten y respondan como un único elemento integrado.”
Se ha comprobado que el curado en húmedo aporta mayores resistencias finales en las fábricas que el mismo proceso en seco a la intemperie. El aporte de humedad en edades tempranas impide que las altas temperaturas o la exposición a vientos intensos desequen el mortero garantizando que existe agua suficiente en su seno para consolidar sus reacciones internas.
Estanqueidad
En cerramientos de fábrica la estanqueidad se resuelve habitualmente disponiendo una cámara que trasdosa la primera hoja y evacúa el agua por la parte inferior.
“Una de las exigencias fundamentales de un cerramiento consiste en impedir el paso de agua exterior en forma de lluvia, humedad, etc. Y, a la vez, permitir la permeabilidad al vapor para evitar condensaciones internas”.
Comúnmente la deficiencia de la estanqueidad se debe a una escasa hidratación del mortero en los inicios del fraguado. Si no se aporta suficiente agua o las piezas de la fábrica no estaban bien humectadas, estas pueden succionar el agua del mortero deshidratándolo.
Estabilidad
Se entiende la estabilidad del mortero en sentido dimensional, para evitar o controlar el efecto de su retracción. Como el resto de los materiales, los morteros a lo largo de su vida útil sufren cambios de volumen debidos a diferentes causas.
Además, el mortero al interaccionar con las unidades de fábrica sufre la absorción de éstas incrementándose su retracción hidráulica. Este efecto es más acusado cuanto mayor es la velocidad de absorción inicial por la succión de las piezas en contacto.
“La retracción del mortero en las juntas no suele ser problemática, ya que en proporción, su tamaño es muy reducido en la aplicación de un revestimiento”
Habitualmente los parámetros que aumentan la retracción son: un alto contenido en áridos muy finos, una excesiva cantidad de cemento y agua, sequedad del ambiente, cambios de temperatura y espesores de junta grandes.