“La erosión acumulada de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares y el incremento del coste de la financiación limita la demanda general, especialmente en aquellos hogares con rentas más bajas”, apunta Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa. “La incertidumbre que continúa generando la evolución de la inflación puede seguir favoreciendo cierta demanda en busca de refugio ante el bajo rendimiento de algunos activos alternativos y la alta volatilidad de otros.”
Pese a la presión que la subida del Euribor está ejerciendo sobre el mercado hipotecario, no hay, en opinión de Arias, indicios que apunten a un deterioro preocupante de la capacidad de pago de las familias. “El empleo general se mantiene, otorgando cierta estabilidad de ingresos a los hogares y sosteniendo su solvencia”, señala.
El ajuste experimentado por la vivienda en el último mes fue más notorio en el grupo ‘Costa mediterránea’ (-0,8% mensual) y en las localidades de menor tamaño del interior y costa atlántica, agrupadas en ‘Resto de municipios’, donde la caída mensual fue del 0,5%, según las tasaciones de Tinsa. En las ‘Capitales y grandes ciudades’ y en las ‘Áreas metropolitanas’, el precio apenas registró variación entre enero y febrero (-0,1%).
Debido al encarecimiento experimentado por la vivienda durante 2022, especialmente en el primer semestre, todos los grupos analizados mantienen valores medios superiores a los del mismo mes del año anterior. Las ‘Áreas metropolitanas’ destacan con el mayor crecimiento interanual, un 7,9 %, seguido de las ‘Capitales y grandes ciudades’ (+6,5%). Por debajo del crecimiento medio del Índice General se encuentran ‘Resto de municipios’ (+6%), la ‘Costa mediterránea’ (+4,5%) e ‘Islas’ (+3,4%).