Según los datos del portal, la oferta de viviendas en alquiler y venta ha caído significativamente desde el comienzo de la pandemia en la España vaciada, entendiendo como tal a las provincias de Asturias, Ávila, Badajoz, Cáceres, Cuenca, Jaén, León, Lugo, Ourense, Palencia, Salamanca, Soria, Teruel, Zamora, con una disminución del 60,98% en el mercado del alquiler y del 54,04% en el mercado de la compraventa entre 2020 y 2023.
“Muchas familias desisten en su deseo de establecer su vida en una zona rural por la falta de oferta inmobiliaria y acaban optando por núcleos urbanos de mayor tamaño”, comenta el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font, quien recuerda que, pese al crecimiento de la población española en los últimos años, la España vaciada ha perdido más de 360.000 habitantes en las últimas dos décadas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Más allá de la capital
La capitalidad es la que marca la pauta. Así, más allá de los límites que marcan la ciudad que da nombre a la provincia, la tarea de encontrar casa se complica sobremanera. Por ejemplo, en Salamanca, el 94% de la oferta de alquiler se concentra en la capital.
“La situación es especialmente complicada en provincias como Zamora, Cuenca o Ávila, donde es prácticamente imposible encontrar viviendas en alquiler fuera de la capital, y en algunos casos ni siquiera en la capital misma, como en Soria”, revela Font.
Desde la pandemia, la oferta de inmuebles en alquiler fuera de las capitales de provincia de la España vaciada ha disminuido un 55,56% en Zamora y un 78,26% en Ávila. En el caso de las propiedades en venta, la caída ha sido del 57,41% en las capitales y del 51,62% en el resto de la provincia, con provincias como Soria y Teruel viéndose especialmente afectadas.
Pero los compradores potenciales no deberán únicamente enfrentarse a la falta de oferta, sino también a la calidad de esta: “Muchas veces, la oferta de vivienda existente en estas zonas es antigua y poco habitable, con problemas como humedades, falta de aislamiento térmico y acústico, y deficiencias en las instalaciones eléctricas y de fontanería, lo que hace inevitables las reformas” explica Font.
En definitiva, aunque la pandemia ha motivado una mayor demanda de viviendas fuera de las grandes capitales, la oferta inmobiliaria en las provincias despobladas es insuficiente y deficiente para atender las necesidades de los potenciales compradores o inquilinos que desean cambiar su estilo de vida.
“Es necesario fomentar el desarrollo inmobiliario en estas provincias y así evitar que se sigan desangrando, perdiendo población”, explica Font, añadiendo que “hay mucha gente interesada en mudarse, por lo que se está desaprovechando una oportunidad de oro para revitalizar estas zonas”.